La Industria Automotriz y el crecimiento económico
Semanas atrás, interactuando con los asistentes de un curso que dicté en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Salta, me formularon la siguiente pregunta: es importante el sector automotriz? Las políticas públicas vigentes, los perjudican?
Recordé un trabajo que hice hace unos años sobre los comienzos de dicha industria, comparto con ustedes un extracto del mismo:
El 12 de marzo de 1955 las Industrias Kaiser Argentina (IKA) se radican en Santa Isabel, provincia de Córdoba. Esta empresa, resultó favorecida por la “Política de los capitales extranjeros”.
La ley de promoción Nº 14781, complementaria de la Ley Nº 14.780, (destinada a regular las inversiones extranjeras), permaneció varios años sin ser implementada hasta que, en 1961, penetran en forma masiva capitales extranjeros incentivado por la ley 14.780. [1]
Debido a la instalación de industrias automotrices (IKA en Córdoba, Chrysler en Buenos Aires), y al notable aumento de producción, se logra cubrir la demanda de automotores que existía en Argentina, con automotores de fabricación nacional.
La radicación de la industria automotriz en la Provincia de Córdoba, se produjo durante la presidencia de Arturo Frondizi, bajo el amparo de una ley de inversiones extranjeras que eliminó las restricciones al giro de utilidades y un régimen de promoción industrial proteccionista (arancelaria e impositivamente).
Si bien se cuestiona la radicación de empresas extranjeras con sendas ventajas impositivo-financieras, es innegable que el complejo automotor impulsó el crecimiento del sector industrial durante los años sesenta.[2]
De manera articulada con la política económica nacional, el Gobierno Provincial de Córdoba, implementó un modelo progresista tendiente a captar inversiones extranjeras, facilitar el auto abastecimiento, y las exportaciones.
Este modelo incluía beneficios fiscales, acceso al crédito e incluso, la simplificación de los trámites necesarios para la radicación de empresas en la provincia.
La industria automotriz generó un mercado propio que requería de de otras empresas: fabricantes de cristales, tapicería, máquinas, combustibles, matrices, herramientas y dispositivos.
Esta necesidad contribuyó con el crecimiento económico provincial, al aportar capitales y generar miles de puestos de trabajo. Es decir, estas fábricas permitieron el desarrollo de industrias autopartistas.
Entre 1943 y 1954, la cantidad de personas empleada sen la industria automotriz cordobesa, creció un 79.55%. En 1963, el 47,7% del personal ocupado, eran trabajadores del sector automotriz de la Ciudad.
La potencia automotriz instalada en 1943 era de menos de 196.000 Hp pasando a alrededor de 380.000 en 1954.
A su vez, luego de las radicaciones industriales, familias enteras se desplazaron a la ciudad de Córdoba, pasando la misma a ser la ciudad más habitada después de Buenos Aires. Esto generó un importante proceso de urbanización. Dicha inmigración se distribuyó principalmente en la zona Sur, apareciendo nuevos barrios.
En 1960, IKA lanza el Dauphine y su versión Gordini. Se construyen nuevos talleres y en 1966 se presenta el Torino.
A partir de la radicación de IKA y de otras industrias se produjo un desplazamiento poblacional en busca de puestos de trabajo bien remunerados.
Se incrementó el salario promedio, generando un efecto “multiplicador”:[3] aumentó el consumo beneficiando a su vez, a otras ramas de la actividad económica.
En noviembre de 1967 IKA incorpora como socio mayoritario la Régie Nationale des Usines Renault. A partir del año 1975 la firma adopta la denominación de Renault Argentina S.A.
La industria automotriz reviste una importancia fundamental en el crecimiento económico de un país, más allá de generar ingresos en el mercado local y, en muchos casos, en el externo, genera numerosos puestos de trabajo “calificados”, es decir, aquellos que requieren ciertas competencias para ser desarrollados.
[3] Keynes, J.