La reflexividad de Soros

El financista George Soros, filósofo de profesión, luego de leer críticamente a Karl Popper enuncia la teoría de la reflexividad.
Sostiene que “el conocimiento del mundo que tienen las personas es imperfecto ya que forman parte del mundo que tratan de comprender”; Las personas intentan por un lado entender el mundo (Función cognitiva) y por otro adaptarlo a su conveniencia (Función manipulativa).
En cuanto a los procesos económicos Soros considera que las escuelas económicas se equivocan al aseverar que, cuando suben los precios, aumenta la oferta y disminuye la demanda, mientras que si bajan sucede lo contrario. Pero, no tienen en cuenta que en ciertas ocasiones se puede observar en un mercado en el que suben los precios, aumenta la demanda y, como consecuencia suben más los precios. Un proceso de este tipo en el que el observador es al mismo tiempo participante siendo capaz de modificar el sentido del mercado, se denomina proceso reflexivo.
Según sus palabras: “La reflexividad es una nueva etiqueta para designar la interacción bidireccional entre el pensamiento y la realidad que está profundamente arraigada en nuestro sentido común” (Soros, 1998, La crisis del capitalismo global, pág.42).
La teoría de la reflexividad afecta a los fenómenos sociales y económicos, a las situaciones en las que los participantes no pueden basar sus decisiones en el conocimiento.
La teoría de la reflexividad es aplicable en distintas disciplinas, pero, donde ha demostrado su utilidad es en el estudio de comportamiento de los mercados financieros.
Cuando los procesos son reflexivos, conducen a situaciones que son impredecibles en base a las leyes científicas, debido a que, al evolucionar el proceso, tanto el pensamiento de los participantes como el estado de la situación cambian interactuando, con el elemento adicional de la falibilidad de los participantes en la interpretación de los hechos. Soros menciona como ejemplo la crisis de las hipotecas subprime, generada por el otorgamiento de préstamos hipotecarios a personas con alto nivel de riesgo, que, al aumentar la tasa de interés, no pudieron cumplir con los compromisos adquiridos (2008).