La estrategia de las NIRP
En los últimos tiempos los Bancos Centrales Europeos adoptaron una política de tasas de interés negativas, más conocida por sus siglas en inglés NIRP (Negative Interest Rate Policy).
Cuando se establece una NIRP, las entidades financieras, al depositar sus fondos en los Bancos Centrales deberán pagar en lugar de cobrar intereses como históricamente hicieron. Se espera que, como consecuencia de esta política de tasas negativas, las instituciones financieras destinen sus fondos al otorgamiento de préstamos destinados tanto a empresas como a individuos, estimulando de esta manera, la economía.
Cuando la tasa de inflación tiende a 0, e incluso a un valor negativo, tanto las Empresas como las Familias prefieren retener su dinero en vez de destinarlo al consumo o a la inversión. Esto provoca una caída en la Demanda Agregada, deflación y desempleo (Nadal, 2016).
¿Cómo justifican los Bancos Centrales el empleo de la NIRP? Argumentan que, en el escenario financiero actual confluye un exceso de liquidez con una significativa debilidad económica sumada a una tasa muy baja de inflación (llegando en algunos casos a la deflación).
Pero las Tasas de Interés Negativas no sólo estimulan el crecimiento económico sino que pueden afectar la Política Monetaria. Uno de los instrumentos con que cuenta la política monetaria para preservar el valor de la moneda es el Tipo de Cambio (los otros son Operaciones de Mercado Abierto, Tasa de Redescuento y Encaje Bancario), cumple un rol importante ya que influye sobre la inflación y el crecimiento económico.