A menudo, los administradores nos preguntamos si existe un estilo de liderazgo que permita el crecimiento sostenido de las organizaciones. Sin embargo, aquellos modelos que resultaron exitosos en algunas instituciones, fracasan en otras.

Las empresas, al igual que los seres humanos, tienen su propia identidad que las caracterizan y, a su vez las diferencian.

Una propuesta interesante es la planteada en el reality Barmageddon: en el mismo, se convoca a dos propietarios de bares o restaurantes, con diferentes estilos de liderazgo y los intercambian de negocio, por el lapso de una semana. La consigna consiste en lograr maximizar el beneficio de ese negocio que no es propio, donde se enfrentarán a dificultades tales como la resistencia al cambio por parte de empleados y clientes, a identidades e imágenes corporativas ya consolidadas, a diferentes flujos de caja, distintas calidades de productos y de servicios entre otras. Gana el concurso aquel que obtenga el mayor beneficio porcentual con respecto a un periodo similar.

En Barmageddon, queda en evidencia lo anteriormente planteado ya que la cultura organizacional de cada bar se ve afectada significativamente, para bien o para mal, con el cambio de estilo de liderazgo. Y el mensaje que se desprende es la necesidad de analizar detenidamente la identidad e imagen de cada organización.